Si veis que ando un poco perdida de este blog, por favor, no dudéis en leerme en Wattpad, bajo el nombre de Fresaconnata. No os defraudaré.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Ayer.


Dos bocas con mil recuerdos muertos del ayer, susurran agonizantes.

“Si me callo que aún te espero, si te grito: “NO TE QUIERO”, no hagas caso a estas palabras que se empeñan en ahogar cada pedazo de mi alma, cada atisbo de esperanza. Los fragmentos que me faltan de razón, los perdí con tu adiós…” (Kairo & Safree).

Manos que no acarician por quererse controlar. Una mirada ausente mientras otra se reprime a volver.

Sentimientos a flor de piel que se entrevén. Suspiros inaudibles y explicaciones que se deberían de dar. Soluciones erróneas no corregidas en la matemática de la vida personal.

Se acerca “nuestro día”, "nuestro momento", "nuestro instante". Nuestro comienzo en el ayer. Ya me hago a la idea. Es seguro, no me amas.

Sólo soy una cría a la que le han roto el corazón, una lágrima cae silenciosa al vacío mientras mis manos describen pensamientos. Te quiero, te amo. Quizás sea la última vez que te lo diga, quizás ya sea la última lágrima que caiga por ti. Hubiésemos hecho un año.

Escucho canciones que ahogan mi llanto, que nublan mi mente para evitar pensar.

“No son como vosotros, su amor es pura llama. Él se enreda en su pelo mientras dibuja en su cuerpo, susurra un “Te quiero” mientras se detiene el tiempo. Florecen sentimientos con cada beso dado. Ella es su regalo, quiere vivir el momento. Ella contiene el aliento,…” (Rees).

Letras románticas, como mi espíritu destrozado, que sueña con amores eternos, amores que luchan, amores que merecen la pena. Aquellos de novelas y películas, aquellos que sólo a muy pocos se les hacen realidad.

Ya no creo en el amor… no para mí.

Yo… te perdí.

 

Cierro los ojos con fuerza, tumbada bajo las sábanas, encogida en un ovillo, abrazo a “nuestro Mario”, el Sr. Bros. La música rebota en los cascos en los oídos, a todo volumen, no quiero pensar, no quiero existir. Quiero desaparecer aunque sea por una vez, de este mundo. No quería que te fueses. Nunca me había sentido tan sola. Nunca me había llegado a encerrar tanto en mí. Respiro entrecortadamente por los labios entrecerrados. Suspiros en olvido y recuerdos que no se borran, que aparecen en cada uno de los días que pasan en este frío invierno que empieza tarde pero que pisa fuerte y me estremece. Leo tus mensajes diez mil veces cada día. Escribo en mi diario palabras sin sentido. No te culpo.

Lo que daría porque viniese mi verdadero príncipe verde… que me cante, que me jure amor eterno y lo cumpla, que me busque todos y cada uno de los días de mi vida, que me haga rabiar sólo para abrazarme después y no dejarme respirar por la unión de nuestros labios… que me escriba cartas de amor, de ésas que se guardan en el cajón a parte del corazón. Que haga lo posible por no perderme, que no sea cobarde… ¡Que sea mi príncipe!

Sueño cosas imposibles.

Sueño contigo, con tu mirada, con cada uno de tus “Te quiero” o “Te amo” dados, con tus labios una última vez.

Es un amor sincero. Nunca pensé que me sentiría así por alguien que antes de cruzarse en mi vida era completamente inexistente para mí.

Perdóname cariño, por tantas palabras dirigidas a ti en secreto.
                                  
 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario