Si veis que ando un poco perdida de este blog, por favor, no dudéis en leerme en Wattpad, bajo el nombre de Fresaconnata. No os defraudaré.

sábado, 29 de noviembre de 2014

Pensamientos.

No sé si metí o no la pata revelándote algo irrevelable y confesarte de nuevo lo que siento, que como tú no hay nadie y que por mucho que te alejes, luego, inevitablemente vuelves. ¿Qué harás cuando me rapte otra mirada que no sea la tuya? ¿Qué harás cuando sea otro el que se permita el hacerme daño y no tú?

Hoy llueve. Y hace frío.

Esta semana una amiga me escribió unos versos de una canción que, sinceramente, desconozco.

"Olvídame tú, olvídame tú, si no sientes amor y no te imaginas que en mi corazón , te estaré guardando por siempre un lugar. Pero vas a alejarte de mi vida aún sabiendo que me estás haciendo daño".

Aquí te lo dejo, en mi agenda está escrito entre marzo y abril.

Debió de notarme algo más jodida de lo normal, ¿quién sabe?

Otras amigas han visitado últimamente el museo que tú visitaste hace un año con tus compañeros para lo mismo, un trabajo de lengua, y cuando regresaste y te conectaste por la noche, no dejabas de enviarme fotos y con ellas relatos, historias, más o menos ciertas... pero que salían de tu mente, que salían de tu propio ser, de tus propios pensamientos melancólicos.

Decidí darte la razón en aquel último mensaje aunque no fuese cierta ni yo lo sintiese así.

Es muy fácil hundirse en su propio fango, lo difícil es remar y luchar..

Lo difícil es dejar de pensar en ti por una vez, y pensar en lo que quieres ver en el otro... no dejo de preguntarme si alguna vez has pensado seriamente en la veracidad de mis palabras, en lo que me ha costado llegar a lo profundo de mi ser para decirte lo que siento.

Una puta vez no decirme que no eres feliz porque es tu naturaleza, porque te equivocas, dormilón. Nuestra naturaleza es conseguir ser felices. Una maldita vez en la que seas capaz de decirme sinceramente que ya no tienes dudas, que las tienes con todo y con todos menos conmigo, que si quiero estar contigo que debo saber que corro el riesgo de sufrir, y mucho, pero que te tendré, que me harás daño y lloraré por pasar temporadas sin ti, pero que volverás, que tengo que tener paciencia, que aguante. Pero dímelo, tu dime eso que aguantaré, aprenderé a ser fuerte, tendré paciencia y lucharé por los dos si hace falta. Pero no me digas que tienes dudas. No me digas que no volverá a haber un "nosotros". Nunca me digas nunca.

Y si tan equivocada estoy en mis ideas, yo... seré feliz si tú eres feliz con la chica que decidas.

Ese día te desearé lo mejor y que duréis, que no te pierda como lo he hecho yo.

No soy capaz de escribir más, estoy a punto de echarme en lágrimas y no debo, no puedo.

Hoy es un escrito breve, muy breve. Como espero que sea mi vida si al final decides no estar junto a mí hasta el fin de mis días.
                                      

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Palabras.


Querido nadie:
Y aquí estoy, de nuevo dedicándote unas líneas, pensando otra vez en ti.
A veces me rindo, suspiro y me acurruco debajo de las sábanas destrozada en llanto.
A veces simplemente me resigno y camino cabizbaja por la calle, con los labios apretados, conteniendo lágrimas que amenazan una vez más con salir y delatarme.

Sufrir en silencio, esa es la clave.
Es muy difícil fingir que estoy bien cuando no lo estoy, cuando cada vez estoy más muerta por dentro. Es muy difícil contener las lágrimas cuando te veo pasar por delante o a mi lado y pasas indiferente, como si fuese otra idiota más. Lo soy, eso y más.
Aprieto los labios por no echarme a llorar.
Respiro hondo para no perder la máscara que oculta mi tristeza y da una imagen alegre, feliz y risueña.

No soy fuerte, nunca dije que lo fuese.
Nunca me dijiste que me mentías, nunca me dijiste que habría un día en el que destrozarías mi mundo y eliminarías mi sonrisa.
Es muy complicado amarte cuando tú juegas.
Es muy complicado querer que algo funcione cuando sigues pendiente de terceras personas y de opiniones.

¿Sabes? Cuando amas a una persona, el resto del mundo te importa una mierda.
Ahora pienso, sí, cierto. Un día me dijiste que habría un día en el que me perderías y te veías en un futuro solo y amargado.
A mi tampoco me gustó esa tarde de llantos, pero te quiero y ese comentario me mató por fuera y por dentro.
A veces me cruzo con gente que se me queda mirando como si fuese un bicho raro o como si nunca antes hubiesen visto algo igual. A veces no suelo entender esas miradas. A veces, me doy cuenta que he conseguido que ese chico se gire a mi paso, o aquel grupo del autobús que se quedaron embobados y luego se giraron todos cuando el autobús arrancó y yo seguí caminando por la acera. En esos momentos sonrío pero cae una lágrima al pensar que contigo antes pasaba, al comprobar que ese verbo en pasado es ya presente, al pensar que antes éramos dos imanes que nos buscábamos siempre, a pesar de los contratiempos, a pesar de nuestras ausencias por deberes y obligaciones, a pesar del mundo a contracorriente.

Te quiero como nunca odié a nadie.
Sigo soñando despierta el día en que te des la vuelta y me beses, el día en que con una selecta carta de amor escrita de tu puño y letra me jures amor, el día en que aparezcas en mi entrenamiento como si no hubiese pasado nada, me agarres de la mano, salgamos a pasear y me beses como nunca antes has besado a nadie, como sólo tú sabes hacerlo, amarme como sólo tú sabes amarme, mirarme de arriba abajo y hacer que se me salten las lágrimas de la emoción al verte entre mis brazos. Quiero que mis rodillas vuelvan a temblar al sentir tu mirada puesta en mí, despertar con un ¡Buenos días, princesa! o escribirte mi ¡Buenos días, Dormilón!  Porque duele saber que cada día te quiero más.

Me estás perdiendo poquito a poco, por mucho que te ame más que a mi propia vida y por mucho que los recuerdos pesen. Cada día pienso un poquito menos en ti. Cada día te escribo menos, cada día te extraño más pero me contengo.

“Haré que de mi nunca te olvides y que mi nombre en tu recuerdo quede. Y si es verdad que el amor con el tiempo muere, haré que el tiempo espere.”

Posdata: Te quiero.

                                                                                                           Siempre tuya.

viernes, 14 de noviembre de 2014

Búscame


Búscame en donde sólo tú puedas encontrarme, porque allí estaré. Esperando. Esperándote.
Búscame cuando mi boca esté en silencio pero mi corazón te llame a gritos.
Búscame con la mirada en las sonrisas tristes con las que te encuentres en la calle.
Búscame en las aceras que pisas sin fijarte, en rincones donde sea fácil llorar.
Búscame cuando encuentres en tu corazón los buenos momentos a mi lado y, por una vez, seas tú el que me extraña, el que me pide que vuelva.
Búscame cuando no quieras nada con nadie pero todo conmigo.
Búscame cuando quieras darlo todo por nosotros, cuando estés seguro en que no dudarás en decirme esa frase que hacen que broten lágrimas de mis ojos... pero de felicidad.
 
Pienso demasiado, ¿lo sabías? Sueño todo el rato, cada día, cada momento, cada instante que estás alejado de mí. Eres la droga que tanto necesito para vivir feliz, para poder sentirme llena y grande, aunque sea pequeñita, tan bueno y necesario como dañino. Con ello no quiero decir que seas malo o algo así, pero fíjate en todo el daño que me has hecho. Te lo perdono y nunca lo tengo en cuenta, ya lo sabes, pero eso no quita que no esté ahí dentro, retorciendo mi interior, consiguiendo que acabe llorando por las noches, desconsolada, pensando en qué te he hecho para merecer tu pérdida, tu adiós.
Quizás era demasiado carga, un gran problema ¿no? No le encuentro otra lógica que esa.
Cariño, ¿alguna vez has pensado en volver a conquistarme empezando con un beso sincero en los labios? ¿En ser directo y dejarme todo claro? ¿En amarme o alejarme? No hables de "extrañarme", lo que quiero es que me busques y no me dejes marchar nunca si tanto te importo. Todo pasa por algo, y lo nuestro, dentro de la casualidad, no fue casual.

Te amo se queda corto, porque a pesar de esta larga y lenta agonía, cada día te quiero más. Inevitable, estúpido, idiota, como yo. Pero es cierto, si sigo escribiendo sobre ti es porque no puedo evitar dejar de pensar en ti. Porque a pesar de ser una espina que pincha y duele, hace que sangre y me derrumbe como una tormenta gélida en el mes de enero, te quiero más que a nada en este mundo. Porque si volvieses volvería a caer como una tonta en tus brazos, porque aunque haces daño también curas, porque el hielo también quema. Porque has sido el único que me ha enseñado a amar lejos de lo físico, más allá de las palabras, de las miradas, de los besos, de querer más aún dándonos todo, de querer más de ti, de quererte a ti enteramente indiferentemente de los otros. Volverás. O no.

Que me pongan a mil delante, que te sigo escogiendo a ti.

Gracias por todo lo que me has dado, por existir, por ser quien eres. No cambies nunca, porque la chica que no quieras alejar de tu vida será muy afortunada.

“El primer amor nunca se olvida, y si te vuelves a encontrar con el, aquellos sentimientos inevitablemente volverán a surgir.
Siempre queda algo, siempre queda alguna pregunta por hacer...
lo nuestro no acabó, JAMÁS HA ACABADO.”
Dije que empezaba a perder la esperanza, y no mentí. Es cierto. Pero hoy más que desesperanza, tengo añoranza. Añoranza a la atracción de tus besos, a la magia de tu mirada, a tu sonrisa que me dedicabas enteramente a mí, a tus dulces palabras y tiernas caricias, a nuestro nidito. Te añoro a ti.

Puede que te rías cuando leas esto- si lo haces, claro- o te enfades o tires el móvil contra la pared. Pero estaré feliz, porque, sea como sea, has vuelto a pensar en mí, has recordado algo o alguna situación nuestra… Pero lo has hecho, he vuelto a aparecer en tu mente, en tus pensamientos, aunque haya sido una breve y fugaz vez, pero lo ha sido.
No soy fuerte, ya te lo dije. Mi fortaleza es nula, por eso escribo. Por eso te escribo, mi niño.
Intento pasar página más no puedo engañarme.
Solo hay una palabra que aparece en todos mis deseos: Vuelve.
 
¿De qué merece la pena el observarte cuando le he pedido a Dios una vez más el tenerte?
Hay una pregunta que no termino de entender... ¿Qué es peor, vivir como un monstruo o morir como un hombre bueno?
¿Con ello quieres decir que por mi culpa eres y te sientes como un monstruo?
Cariño... ya te lo dije en su momento, yo también odio mi existencia.
              



viernes, 7 de noviembre de 2014

Ayer.


Dos bocas con mil recuerdos muertos del ayer, susurran agonizantes.

“Si me callo que aún te espero, si te grito: “NO TE QUIERO”, no hagas caso a estas palabras que se empeñan en ahogar cada pedazo de mi alma, cada atisbo de esperanza. Los fragmentos que me faltan de razón, los perdí con tu adiós…” (Kairo & Safree).

Manos que no acarician por quererse controlar. Una mirada ausente mientras otra se reprime a volver.

Sentimientos a flor de piel que se entrevén. Suspiros inaudibles y explicaciones que se deberían de dar. Soluciones erróneas no corregidas en la matemática de la vida personal.

Se acerca “nuestro día”, "nuestro momento", "nuestro instante". Nuestro comienzo en el ayer. Ya me hago a la idea. Es seguro, no me amas.

Sólo soy una cría a la que le han roto el corazón, una lágrima cae silenciosa al vacío mientras mis manos describen pensamientos. Te quiero, te amo. Quizás sea la última vez que te lo diga, quizás ya sea la última lágrima que caiga por ti. Hubiésemos hecho un año.

Escucho canciones que ahogan mi llanto, que nublan mi mente para evitar pensar.

“No son como vosotros, su amor es pura llama. Él se enreda en su pelo mientras dibuja en su cuerpo, susurra un “Te quiero” mientras se detiene el tiempo. Florecen sentimientos con cada beso dado. Ella es su regalo, quiere vivir el momento. Ella contiene el aliento,…” (Rees).

Letras románticas, como mi espíritu destrozado, que sueña con amores eternos, amores que luchan, amores que merecen la pena. Aquellos de novelas y películas, aquellos que sólo a muy pocos se les hacen realidad.

Ya no creo en el amor… no para mí.

Yo… te perdí.

 

Cierro los ojos con fuerza, tumbada bajo las sábanas, encogida en un ovillo, abrazo a “nuestro Mario”, el Sr. Bros. La música rebota en los cascos en los oídos, a todo volumen, no quiero pensar, no quiero existir. Quiero desaparecer aunque sea por una vez, de este mundo. No quería que te fueses. Nunca me había sentido tan sola. Nunca me había llegado a encerrar tanto en mí. Respiro entrecortadamente por los labios entrecerrados. Suspiros en olvido y recuerdos que no se borran, que aparecen en cada uno de los días que pasan en este frío invierno que empieza tarde pero que pisa fuerte y me estremece. Leo tus mensajes diez mil veces cada día. Escribo en mi diario palabras sin sentido. No te culpo.

Lo que daría porque viniese mi verdadero príncipe verde… que me cante, que me jure amor eterno y lo cumpla, que me busque todos y cada uno de los días de mi vida, que me haga rabiar sólo para abrazarme después y no dejarme respirar por la unión de nuestros labios… que me escriba cartas de amor, de ésas que se guardan en el cajón a parte del corazón. Que haga lo posible por no perderme, que no sea cobarde… ¡Que sea mi príncipe!

Sueño cosas imposibles.

Sueño contigo, con tu mirada, con cada uno de tus “Te quiero” o “Te amo” dados, con tus labios una última vez.

Es un amor sincero. Nunca pensé que me sentiría así por alguien que antes de cruzarse en mi vida era completamente inexistente para mí.

Perdóname cariño, por tantas palabras dirigidas a ti en secreto.
                                  
 

 

domingo, 2 de noviembre de 2014

Revolución.


Con cada beso una revolución.
Con cada instante un suspiro que vuela alejándose de mis labios.
"Por una mirada, un mundo; por una sonrisa, un cielo; por un beso… ¡yo no sé qué te diera por un beso!" (Bécquer).

Opino que las canciones no nos llegan por casualidad, las canciones nos buscan y suenan en el momento que piensan adecuado en ese momento o situación. Las letras sin sentido aparente que antes cantabas a voz en grito sola en tu habitación, ahora recuperan y te descubren el verdadero sentido.

Ahora la vida te parece una novela de amor dramática en la que tu eres el destrozado protagonista que muere por depresión.

Últimamente si te pienso lo olvido y lo dejo de lado cuanto antes.

Hoy, sin querer, tropecé con una mirada tuya que no me esperaba en absoluto. Me mirabas, observándome como si no me hubieses visto nunca, qué irónico, ¿no crees?, no he sabido interpretarla del todo bien, ya que pasé de ella al no darme cuenta en ese mismo instante, era una mezcla de ternura, melancolía, deseo, pasión, tristeza, desesperación, añoranza,... pero, también parecía haber mucho amor. No me la esperaba de ti, a estas alturas, no.

Quizás me equivoque y si es así, corrígeme si alguna vez lo lees. Quizás sean imaginaciones mías en mi pequeño e insignificante mundo, pero mi cálido refugio.

¿Sabes? Te deseo muchísima suerte en tus estudios y con la futura chica que elijas y que no te sea un problema.

Me arrepiento de hace poco, ese día que te envié un mensaje en cadena, aquel mensaje con el que fuiste capaz de pedirme salir. No iba con segundas, sólo me mordía el recuerdo y la duda del qué preguntarías esta vez... sólo supiste ser borde y darme a entender que te importan muchísimo los estudios... y los amigos, claro.

Sólo me hiciste más daño aún.
¿De verdad que no estás buscando a otra?¿Por qué, ya te vienen?
¿Por qué el decirme que no buscas el conocer a alguien porque sabes que ninguna será como yo? Más dolor...

Y más revolución. Inspira y expira un par de veces, mírate al espejo, ¿Qué ves?¿Te gusta?

Ando por la calle navegando en recuerdos, ya no recuerdo tu aroma, tampoco te importé. Escribo en trozos de hojas a sucio versos, frases o palabras que surgen sin permiso, pero con coherencia y que no me gustaría olvidar.

Sé que me repito, pero es inevitable, siempre es el mismo sentimiento y el mismo dolor que hace que derrame lágrimas por la misma persona.

El otro día, mientras entrenaba, me di cuenta en que yo pertenezco a ese mundo, que ahí me aceptan tal y como soy, que a veces, dentro de mi solitaria soledad por el dolor, me siento feliz y acompañada.

Te echo de menos.

No me eches en cara el día en que consiga ser fuerte, resistente. El día en que sea capaz de decir sinceramente y con una enorme sonrisa, que soy capaz de vivir sin ti, que dolió pero que gracias a eso, encontraré a alguien mejor.

Que te amé, que te amo y que siempre te amaré, pero me dejaste de lado, me olvidaste y ahora camino junto a otro personaje que a pesar de lo pequeña que soy, me hace grande.

Ese día, cuando llegue, no me recrimines que mis sentimientos fueron falsos, porque sabes que el único que se estará intentando engañar, serás tú.

Camino por la calle con los cascos a todo volumen, romántica, inevitablemente a pesar de haber dejado de creer en el amor. Y pienso, sueño, con aquel príncipe verde que sea capaz de luchar por mi amor hasta la muerte, aquel que a pesar de haber cometido mil errores, sea capaz de remendarlos con una tirita y un beso. Aquel que me cante una historia de amor y me escriba una carta eterna y me robe un beso que anhelamos los dos. Ése que no tenga vergüenza en gritarle al mundo que me ama y quiere casarse conmigo, pasar el resto de nuestros días juntos, agarrados de la mano, caminando por el mundo.

Soy muy ñoña, lo siento. Pero ésta es mi revolución.

Aprenderé poquito a poco a subir escalones para poder subir escaleras, buscaré el tesoro invisible que el mundo tiene escondido para que muy pocos lo puedan ver y encontrarlo. Le daré tiempo al tiempo. En vez de buscarte, me quedaré quieta y te esperaré en vez de decir “te amo”, porque si eres para mí, el amor no consiste en decir “Te amo”, sino en decir “Te espero”. Mientras tú te das cuenta de a quien de verdad quieres, yo me dedicaré a escribir palabras con sentimiento que expresen y demuestren que te echo de menos, te extraño. No es tan difícil, ¿no?